Puertas, puertas y puertas. Para algunos las puertas son la forma metafórica del punto de inicio a algo nuevo, para otros es una vía de escape y para las personas en busca de algo son definitivamente un dolor de cabeza. Nuestra vida es tal cual lo muestran los concursos para ganar dinero donde te hacen escoger una puerta para luego abrirla y descubrir tu premio. Como muchas veces puede ser lo que tanto esperabas o incluso más, en otras ocasiones te encuentras con nada y otras menos agradable te encuentras con lo que menos querías ver tras esa puerta, solo es cuestión de suerte. Bueno ese simple juego es una muestra de nuestra vida. Vamos siempre de puerta en puerta buscando lo que tanto queremos, ya sea trabajo, fiestas o amor. sé que la situación no se ve tan terrible para cuando no encuentras lo que querías del otro lado de la puerta o cuando la puerta no se abre por mucho que toques el timbre, porque la solución más fácil que pensarías es “si no hay respuesta, media vuelta y a intentar con otra puerta” pero no, nosotras muchas veces por mucho que toquemos mil veces el timbre y no nos abren la puerta seguimos con cara de teléfono en espera pensando solo en que esa puerta existe y no hay otras en otro lugar donde hasta nos pueden estar esperando con un té o una hamburguesa o con simplemente una sonrisa.
Hace un tiempo yo estaba así, mucho antes del reencuentro de Florencia, Isidora y yo. Estaba empeñada en una puerta que tocaba y tocaba y siempre recibía una negativa. Tenía casi el síndrome de una Mormona. Ni siquiera sabía si quería traspasar esa puerta pero la tenía entre ceja y ceja y debía conseguirla igual que los niñitos cuando quieren un regalo porque el amigo lo tiene. Hasta que me di cuenta que en realidad esa persona no era para mí. fue entonces en ese momento que di media vuelta y seguí caminando y sin previo aviso me di cuenta de que lo que tanto buscaba por muy cliché que suene, estaba al lado mío hace muchos años.
Al principio miraba a Señor Cool como el amigo de mi amigo, luego nos hicimos mas amigos y podíamos conversar largas horas sin problema y riéndonos hasta no poder mas. Hasta que un día las cosas tomaron un rumbo distinto. Al principio pensaba en que no me gustaba pero cuando piensas en eso es porque ya no lo miras como el mismo amigo de siempre, solo que no quería asumirlo. Sin embargo, luego no tuve otra opción que aceptar el hecho de que ya no lo miraba como el mismo amigo buena onda de siempre. así es que pensé en tratar de evitar cualquier mirada o comentario que él pudiera interpretar como que yo estaba sintiendo algo más que inocente amistad.
Mi plan iba a la perfección hasta que el día después de que Florencia llegara a la gran ciudad, todo cambio, mi plan se desarmo en tres segundos como un castillo de arena por una ola de alcohol. No sé si bien odiar a este amigo alcohol o en realidad darle las gracias, porque como bien sabe este amigo no tiene filtro y cualquier idea que tuviste sobria y la pudiste controlar en ese estado una vez que tienes alcohol en tus sesos es como si la idea se escapara y puff ocurren las cosas y no te das cuenta cuando ya estas besando a la persona que hace tanto tiempo querías besar.
Así fue con Señor Cool, basto solo una mirada de su parte que quizás interprete mal, otra mirada mía , que supongo el interpreto bien y una cocina para que termináramos los dos juntos con sus manos en mi cintura y mi boca en su boca. Luego después de eso no había caso con tratar de evitar intentar una y otra vez darle un beso.
La verdad es que después de eso todo a ha ido de bien a mejor. Desde caminatas por el parque con besos de película hasta pizzas a domicilio atrasadas en una hora en su departamento.
La verdad es que hace tiempo no me sentía tan bien como me estoy sintiendo ahora ultimo, sintiendo esas ganas de ya no andar de flor en o flor o de puerta en puerta porque lo que necesito lo tengo ahora a mi lado.
Sé que muchas personas me dicen que tenga cuidado, que aun no somos nada ….. ¿no somos nada? Que nuestra relación no tiene nombre ¿no tenemos nombre? La verdad es que de que sirven los nombres si no mas para que cuando la gente te pregunte ¿que tienes con él? tu digas algo. Bueno si a mí me preguntan que tengo con el yo les respondo “tengo felicidad”.
Bien saben las personas que me conocen que no por miedo voy a dejar de disfrutar mi presente, sea lo que sea, termine en lo que termine.