sábado, 23 de junio de 2012

AL DIABLO EL "TE LO DIJE"




Cuando somos pequeñas nuestros padres solían decirnos no hagas esto, no hagas esto otro por el simple miedo a que algo nos pudiera herir, sin embargo nuestro espíritu de gato curioso nos obligaba a ir tras nuestro objetivo y no descansábamos hasta aprender con una herida del porte de un estacionamiento de mall, que eso era peligroso como nuestros sabios padres nos decían. Pero en el tiempo algo paso, con la estatura, en lugar de tener aun menos miedo a las heridas, nos convertimos en el ayudante del héroe miedoso de todo.

Ahora tenemos miedo de cualquier situación y confiamos más en las experiencias de nuestras amigas, o más bien en las situaciones imaginarias de nuestras amigas, que en lo que podríamos aprender si nos atrevemos a cruzar el rio. ¿Por qué hacemos caso de que zapato escoger a una persona que no tiene nuestro pie y que ni siquiera a probado el nuevo calzado?

Tenemos tanto miedo a ser heridos, que confiamos en lo que “supuestamente” haría la gente en nuestro lugar. Como vivimos pensando en el futuro,  tomamos decisiones pensando en el, sin tomar en cuenta las cosas que ocurren en el presente, pensando que de alguna forma el futuro puede ser distinto, o como si de alguna u otra forma cronos tuviera, además de la capacidad de arreglar nuestra apariencia de patitos feos a cisnes, tuviera la capacidad para arreglar situaciones y por cosas del destino la persona que odias hoy, el con una barita mágica arreglara la situación y mañana es tu príncipe azul.

Ayer con Julieta en un día de compras terminamos en uno de esos restaurantes con una de esas conversaciones profundas y que parecieran que en lugar de palillos tuvieran tijeras que te solucionan la madeja de nudos que tenias en tu cabeza.

  Julieta parecía estar confundida y con esa leve, pero no por eso, invisible fiebre de “lo extraño tanto”. No sabía qué hacer; sentía la necesidad de volver con su ex pero a la vez tenia tanto miedo de saber si era esa una buena opción. Sentía que lo que quería en ese momento era estar con él, pero a la vez no podía hacer oídos sordos a los rumores de que su ex le había sido infiel. En su cabeza estaba la continua pregunta de ¿Qué sucede si los rumores son ciertos y la vuelven a engañar? pero ¿qué sucede si no lo son y pierde la oportunidad de ser feliz con el hombre que tanto la hacia reír? ¿Tanto miedo tenemos las mujeres a la frase “te lo dije” que preferimos dejar de lado lo que queremos por lo que el resto nos dice que hacer?¿tan cobarde somos que preferimos sentir dolor por no hacer lo que queremos en lugar de arriesgarnos a hacer algo que quizás nos haga sentir bien o que quizás solo posiblemente nos hiera? ¿Tenemos miedo a adquirir  experiencia?

Después de largas horas de hablar trate de explicarle que si vive pensando en el futuro, se perderá lo que puede vivir en el presente y de alguna forma jamás tendrá un pasado por recordar, ya sea para aprender o para sonreír aun mas.

Por mi parte fue inevitable recordar a señor cool. Una y otra vez hice lo que quería y la verdad no me arrepiento. Sí, muchas veces me dijeron “te lo dije” pero la única forma de aprender a saltar la piedra es tropezando con ella. Al fin y al cabo nunca recuerdas alguna de tus caídas como algo malo, más bien lo cuentas como una anécdota que en su momento te hizo feliz, luego algo triste, pero luego nuevamente te saco más de una sonrisa de la cara.

Al fin y al cabo debes hacer lo que sientes y no lo que para las otras personas es correcto. Nadie tiene una bolita de cristal para saber cómo es el futuro por eso solo toca escoger y disfrutar.


jueves, 7 de junio de 2012

CAMBIO DE TEMPORADA.



Hace mucho el tiempo no cambiaba por aquí. Las hojas aun no caía, el sol no tenía ganas de dejar de ser el señor cálido y sin duda alguna por muy estúpido que suene el otoño se había tomado unas largas vacaciones. Hasta que llego esa fría mañana del primer lunes de junio. La verdad se sintió como nunca la falta de ese otro ser  al costado plano de la cama de aquellos solteros. Sin duda alguna fue una noche de narices frías.

Fue inevitable pensar en los cambios. Más aun al mirar hacia el exterior y darme cuenta que mi excelente vista al nuevo edificio más alto de chile, el costanera center, era interrumpida por una mole grotesca de cemento que seguramente iba a albergar próximamente miles de nuevas historias que serán contadas al mundo o quizás algunas ocultas para convertirse en el secreto de dos. Pero algo más había cambiado por acá. Ya no estaba acompañada como me había acostumbrado a estarlo en el último tiempo.

Muchas cosas cambiaron, de decidirme por señor cool, me di cuenta que él no era lo que necesitaba y solo era una confusión, era más bien un amigo y que por el personaje que de verdad estaba interesada era señor haka. Sin embargo con señor haka comenzamos a pelear muy seguido y  el trato que teníamos ya no era el mismo al que teníamos en verano. Nos fuimos alejando cada vez más.

¿Tan errada estaba al pensar que solo las cosas podían cambiar? ¿Cambiamos realmente las personas? O ¿es solo algo temporal?

Por cada termino de relación o decepción las mujeres tendemos a cambiar algo, como una forma de demostrar que lo que no te mata te hace más fuerte.  Conozco muchos casos incluyéndome. Javiera en una forma de demostrar  su lado atrevido decidió cortarse el pelo después de años manteniéndolo igual. Una forma de mostrarle al mundo que está más decidida que nunca. Julieta en cuanto termino con Señor Casi perfección, también tuvo la necesidad de llenarse de ropa nueva y cambio de color en el pelo para demostrarle a su ex  la gran mujer que estaba dejando pasar y que al momento que la viera dijera “wow como la descuide”. De cierta forma sabemos que de cómo este nuestro cabello es lo que quiere decir.

Por mi parte ya había pasado por muchos cambios y bien lo sabía mi cabello que paso por múltiples cortes y cambios de color. Hubo un tiempo en que me convertí en una persona completamente distinta a la que soy, y esos cambios me estaban trayendo por consecuencia, cambios de humor no diarios, cambios de humor múltiples en un solo día. Decidí, por última vez, que necesitaba, no un cambio en mi vida, pero si un stop que hiciera que me detuviera y que de cierta forma ordenara mis ideas. Fue entonces que me aleje de Señor Haka y de más de alguna fiesta.

Un viernes me junte con Isidora, tenia para mi uno de los mejores panoramas que podía pedir para estos días; una sesión de desfiles de moda en uno de los lugares más top de Santiago, el portal la dehesa, junto a muchos stand sin alguna prenda que no babeara al verla, o zapatos que no me dijeran cómprame, y además acompañada de champagne y coctels de los mejores. Fue entonces, y solo entonces, cuando comenzó la música de pasarela y pasar esas prendas que hablaban como si tuvieran vida, que entendí que era tiempo de regresar, que la vida no había comenzado a ser complicada, si no que yo había dejado completamente de lado a esa antigua Paula.

En una especie de flash back recordé a mi profesor de filosofía de media cuando me decía “por más que cierres tu alma y esencia en un cofre de acero reforzado con 7 llaves y un candado, tarde o temprano la esencia sale por la cerradura”

Si, las personas cambiamos cuando nos olvidamos de nosotros pero es solo temporalmente, en algún momento nos aburrimos de fingir alguien que no somos. No cambiamos debido a las experiencias, solo mejoramos y aprendemos. Si se nos corta un tacón, no dejamos de caminar, solo cortamos el otro y a caminar con tacones sin taco sobre la calle.