De todas las veces que una mujer dice “perdió todas las oportunidades conmigo” solo el 50% de ellas se cumplen el otro porcentaje se pierde, con un ramo de flores, con un cambio de actitud por un par de días, o en mi caso con una simple llamada. ¡Carajo!
Es cierto que puedes olvidarte de las personas cuando se comienzan a alejar, cuando tu celular deja de vibrar cuando recibe una llamada, cuando las caras de esas personas se tornan algo borrosas, cuando te preguntan cómo esta tal persona y tú no sabes que contestar. Es en ese momento que te das cuenta que lo que creíste imposible, pasó. Te olvidaste del supuesto inolvidable. Sin embargo ¿Qué pasa si estas vulnerable? Si justo te llama o hace su show de magia y aparece cuando estas pensando en que estas algo aburrida de tu soltería o estas justo en un momento en el cual no es el preciso para que aparezca nuevamente en la pantalla de tu celular como lo es por ejemplo el desaparecimiento de la persona que actualmente te agrada.
Bueno pasa lo que tiene que pasar … ¡recaes!. Tus ojos comienzan a brillar como no deberían brillar, te comienzas a reír de una forma algo coqueta. Y los síntomas son peores cuando te comienzan a contar lo mucho que le agradaría verte, que ha extrañado tus locuras. Y comienzas a preguntarte que hacer, que contestar etc. Y es cuando se viene a la mente la frase que dijiste en el pasado “perdió todas las oportunidades conmigo” ¿no era la idea ser antipática, insoportable, una bruja con todas sus letras cuando llamara? Demonios ¿Por qué se me olvido?
Y comienzas con frases como ¿Por qué me enoje con él, si en realidad estaba en todo su derecho? ¿y si le doy una oportunidad? Esto es peor que los juegos de infancia donde de solo 3 vidas que teníamos terminamos con 6 hasta mil y cuando ya los demás se dan cuenta que has mentido durante todo el juego dices bueno en realidad ahora es mi vida 0. Es algo así siempre decimos yo soy de las que soy una solo oportunidad, pero en realidad nunca es así mínimo le damos 2. Es como cuando tienes alguna prenda favorita y la ocupas una y otra y otra vez hasta que ya te mira con cara de “por favor quiero morir dignamente, por favor deja ir al cielo de Dior” o la dejas de ocupar cuando encuentras una nueva que te enamora por completo y comienzas a enviciarte con la nueva prenda y te olvidas de la anterior. Lo mismo que nos pasa con los hombres si uno se pierde siempre aparece otro que quiere ser “tu prenda favorita”.
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