viernes, 4 de febrero de 2011

EL BURLÓN DE SAN VALENTIN



El 14 de febrero se acerca a pasos agigantados, cada vez más rápido. Las vitrinas de las distintas tiendas empiezan a llenarse de corazones y de esas figuras que salen en los dibujos animados cuando dos de sus personajes se enamoran. Los osos de peluches se toman la ciudad como una especie de invasión con un mensaje entre sus manos el famoso “Te Amo” del que tantos hablan y al que tanto le temo. De tanto ver esta revolución valentinesca me puse a pensar en las relaciones, no de las que he vivido los dos últimos años, si no de esas que duran mucho tiempo y que estás segura de que al otro día todo seguirá igual. ¿Por qué le he temido tanto a las relaciones? ¿Estaba extrañando tener una?
Quizás algunas personas le temen a las relaciones por el hecho de perder su libertad, en mi caso y creo que el de muchas, es el miedo a perder tu vida como la conoces hasta ahora, con el tiempo para hacer tus manías, el comenzar a alejarte de tus amigas sin darte cuenta, he incluso perder tu personalidad. Además de todo esto, temo que una vez dentro de una relación todo se vuelva una rutina, eso de hacer todos los días lo mismo o hablar de cosas similares o que la relación se base solamente en algo físico, me espanta. Y es por lo mismo que he tenido problemas para tener una relación estable, porque piensan que porque no llamo un día o dos no los quiero o cosas por el estilo. También los hombres de hoy en día suelen temer a las mujeres tan independientes. Y lo que no puedo entender es que algunos prefieran las que hacen escenas de celos y no los otros. Pero bueno siempre hay de todo en el mundo. ¿Debía entonces cambiar mi forma de ser?
¿la estrategia del día de san Valentín era convertir a los no creyentes? ¿Lograría convencerme con su flechita milagrosa algún día?
Quizás lo que quiero no es etiquetar mi relación con alguien porque siento que eso no sirve de nada porque al final sucede lo mismo que con la ropa te compras algo de una marca muy reconocida y la compras creyendo que te durará mucho tiempo y a veces pasa un tiempo muy corto y se rompe dejando una linda ventilación en partes que no debería estar y solo te decepcionas y te arrepientes de lo que invertiste. Lo que realmente quiero es un día despertar y tener una pelea de cosquillas, o tal vez ver a esa persona y colgarme del cuello cuando lo vea. Y porque no un par de peleas pero con una reconciliación.
Creo que san Valentín quiere engatusarme o quizás burlarse de mi soltería, pero no lo logrará es por eso que a falta de media naranja tengo dos amigas, una casa en la playa y pasajes en la mano para escaparnos a donde la soltería no es una enfermedad.

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