En el mundo hay millones de mujeres, todas de distintas edades, unas que aparentan menos de lo que tienen, lo que para algunas es causa de envidia y comienzan a llamarlas “yeguas”; otras que aparentan mas de lo que tienen lo que les provoca una depresión endógena bipolar triple; otras que simplemente aparentan lo que tienen pero estos casos suelen ser muy escasos; por otra parte están las que desean aparentar mas edad y se visten de acuerdo a lo que desean aparentar; sin embargo hay algunos casos patéticos de gente que desea aparentar menos edad a una edad que ya la ropa no puede hacer milagros, vistiendo de una forma ridículamente infantil con la cual jamás podrían parecer mas jóvenes, incluso lo único que consiguen es verse patéticas y demostrar que tienen un tornillo menos en su cabeza.
Pero el tema de la edad no pasa por un tema solo físico, del no querer mas arrugas, del querer cambiar la cara de bebe que tenemos hasta el momento. No, también las mujeres, pasamos por distintas crisis a lo largo de nuestra vida.
La primera crisis es la crisis de pasar de niña a adolecente, comenzamos a coquetear con los niños que antes solo le pegábamos o simplemente los ignorábamos, a querer vestirnos de otra forma y por sobre todo empezamos a refutar todo o la mayoría de las cosas que nuestros padres nos dicen.
Luego la segunda crisis a mi parecer es la que estoy viviendo ahora el pasar de adolecente a una persona ya mas adulta. Te das cuenta que la forma que tienes de pensar ha sido algo inmadura, te das cuenta que por primera vez el volante de tu vida lo tienes en tus manos y ya no tienes un copiloto que te diga ¡cuidado atajo a la derecha sigue tu camino no te desvíes! Ahora es cuando comienzas a escuchar la vocecita interior que antes lo único que hacía era meter ruido, te das cuenta que el tiempo de ser chica rebelde acabo, y es hora de madurar, ahorrar dinero para tu departamento de soltera, o quizás el auto que tanto vas a necesitar cuando salgas de la universidad.
Isidora paso por esto el año pasado y me había advertido de que esto ocurriría conmigo, Florencia no sé como lo habrá vivido en ese tiempo aun no éramos amigas.
Ahora entiendo el hecho de que ya no me interesa coquetear con el primer chico que se cruza en mi camino, tres años soltera fueron suficientes para aprovecharlos. Si quizás coquetear con el chico que ahora demuestra un poco mas de cabeza y menos de músculos y sonrisas agradables. Aunque seamos sinceras si es guapo también ayuda, pero ya no es lo más importante que tienes en tu lista de hombre ideal. Si es que aun tienes esa lista de hombre ideal. En mi lugar hace mucho tiempo me deshice de ella.
Luego está la crisis de los 25, esta es la crisis que crees que pasas de adulta a un poco mas adulta, en realidad no tiene muchos cambios mas allá de que ya puedes estar trabajando o tal vez no, pero lo importante de esta crisis es que te comienza a dar porque estas más cercana a los 30 y si estas cercana a los 30 estas más cerca de los 40 y comienza todo un caos psicológico.
Luego la famosa crisis de los 30, pero esta según lo que he sabido da solamente si estas soltera, porque ya ves que muchas personas de tu alrededor están casadas o por lo menos conviviendo en un mismo departamento o casa. Además nos aterra pensar cuando estamos en los 35 el hecho de pasar de la adulta sexy para muchos (bueno si nos logramos mantener en buena figura) a una vieja, arrugada como pasa y con unos kilos demás. Hacemos hasta lo imposible porque eso no llegue a pasar jamás. Nos embetunamos en cremas milagrosas, y en clases intensivas de yoga o gimnasio las cuales cuando éramos mas jóvenes solo la teníamos como pasatiempo, pero ahora es más que una obligación sagrada.
Finalmente la crisis de los 40, definitivamente no queremos la depresión de la menopausia, no queremos vernos menos atractivas ni tampoco menos calientes que antes, por nada del mundo que nos llamen abuelitas si aun ese espíritu no ha florecido en nuestro instinto.
Sin embargo después de esta edad asumimos las canas, arrugas y las llamamos experiencia de vida y nada ni nadie nos puede refutar lo que digamos porque nuestra experiencia nos dice lo contrario. Además estamos más cerca de dios jajajajaa.
A esta edad es cuando nos volvemos lo nuevos rebeldes y vivimos disfrutando el dinero que nos queda y el hecho de que ya no somos ejemplo de vida para nadie.
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