miércoles, 6 de abril de 2011

LOS SECRETOS DE UNA PIZZA



Desde el principio de la historia existen los secretos. Los tuvo cleopatra, la virgen maría, Madonna y por supuesto también los tengo yo. Pero los secretos jamás han sido de una persona siempre existe ese cómplice, esa persona con complejo de caja de cofre de oro y esas personas son las amigas. Por mucho que los hombres traten de pensar que nosotros guardamos un secreto es algo más que imposible siempre hay una amiga que lo sabe todo. A menos que el secreto a guardar te lo haya contado tu amiga, eso cambia mucho las cosas.
Existen muchos niveles de secretos. Están los que puedes contar sin ningún problema a una amiga mientras estas sentada afuera de un concurrido local de comida, o mientras esperas la luz verde en la esquina de Ricardo Lyon con providencia. Están también los secretos que ya no lo puedes contar con tanta gente alrededor ya sea porque te causa que te ruborices algo si alguien escucha de lo que hablas y se lo cuentas solo a tus amigas. Por otra parte están los secretos que tan solo los puede saber una amiga que ya ha pasado por algo parecido a lo que estas pasando en este momento, como por ejemplo cuando hablas de sexo y otros secretos que simplemente nunca fueron secretos si no que más bien una estrategia, por ejemplo cuando le cuentas un supuesto secreto a el mejor amigo de tu ex porque sabes que él se lo contará a tu ex y si tu estrategia fue bien diseñada todo puede salir tal y cual como tú quieres.
Contar un secreto a tu amiga es algo mas aliviador que cuando le decías a tu mama que fuiste tú la que rompiste su labial favorito. Definitivamente no lo puedes contener.
Algo parecido me paso con Isidora. Mientras salíamos en busca de sushi para el almuerzo nos pusimos al día de todas las cosas que nos habían pasado. Como no encontramos un buen local de comida japonesa con mesas disponibles terminamos en un famoso restaurant de pizza. Cuando ya no teníamos más que contar llego el momento en que llegó a mí el vomito verbal. Tenía que contarle algo que había intentado mantenerlo como secreto por la promesa que le había hecho a señor free pass pero que sin embargo no pude contenerlo mas. Cuando al fin le conté de mi secreto con olor a bodega, ella también aprovecho el momento y me dijo casi el mismo secreto con olor a bodega aunque en el de ella no involucraba a señor free pass.
Pero ¿que sucedía con los hombres? Saben guardar secretos que esconden con las mujeres. Si son infidelidades por supuesto que sí, pero ¿sabrán guardar esos secretos que quizás no tienen mayor importancia para ellos pero si para nosotras? Pensé en una de las tantas situaciones que me he encontrado queriendo que algún amigo guarde un secreto y que al final termino llegando a una fiesta y todos me quedan mirando, comenzando a reír o como en otras ocasiones comenzando a molestarme con alguna persona. ¿era que había escogido mal la persona a la cual le conté mi secreto o definitivamente los secretos no son secretos? Creo que los secretos existen solo cuando a las personas involucradas le conviene más guardarlo que decirlo, simplemente porque sentimos miedo de que lo sepan o porque no estamos seguras de lo que hicimos, sentimos o pensamos.
sin embargo, no existe duda alguna que en el periodo de conquista se hace más interesante cuando hay un secreto que guardar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario