Es 9 de diciembre y las calles comienzan a tener más vida juvenil, las ojeras por estudio desaparecen y llegan días y noches de diversión sin fin.
Casi todas las personas ya están dando por terminado su año, las empresas comienzan a emanar olor a asado, las universidades parecen un antiguo pueblo del lejano oeste con algunos que se niegan a dejarla, los tarotistas aparecen como zombies buscando alguna tv para dar el pronóstico del año que se viene. Yo por mi parte tome mis maletas y me vine a la pequeña ciudad, para liberar mis pulmones de todo ese oxigeno espeso negro que hay en la gran ciudad.
Pero antes no podía quedar sin celebrar mi aprobación de todos los ramos y el inicio de mis por fin anheladas vacaciones.
Unos días antes fui con Isidora a un pub de gran concurrencia a tomar un trago, hablar y porque no a mover un poco el esqueleto ya que mi cuerpo esta con anatomía de estudio (algo suelto).
Allá me encontré con Sofía, mientras bailábamos me di cuenta que lo coqueta en mi jamás se pierde por mucho tiempo que pase fuera de las pistas. Recibí varias miradas de aceptación y de hey tu ¿quieres bailar conmigo? Otras mas ególatra como hey tu ser desea bailar conmigo!. Definitivamente de las personas que emitían la segunda frase con su mirada yo solo me reía de ellos solo que este sujeto no se daba cuenta que me reía de él y lo poco que pensaba gracias a sus dos neuronas (una para ir al baño, y la otra para arreglar su cabello) era que yo estaba coqueteando con él. Después se aburrió que yo no le siguiera el juego y tan solo fue por otra, sin embargo esta calló muy fácil en su juego, como a niño que le ofrecen un dulce. Sin embargo mientras bailaba y hacia otras cosas con ella, seguía mirándome. Yo simplemente seguía riéndome de él.
Hay citas del manual de los casanovas que se saben distinguir muy fácilmente, bueno hablo por mí, no a todas les es tan fácil reconocer uno. Sin embargo a algunos que pueden ser principiantes les sale divertido, a otros definitivamente les sale como un don Juan de primera que dan ganas de vomitar.
En esta fiesta me toco el caso de ver los dos lados de la moneda, el del don Juan nivel 10 ya está claro quién era, pero luego por casualidad conocí al que no sabe decir citas de este manual, pero que es una persona agradable con la cual se puede conversar. Fue el caso de Damián, un chico no de portada de revista pero si tenía bastante de la mano de dios que lo hacía agradable a simple vista, no muy complicado para vestirse, pero no tan dejado para parecer una verdadera copia de naufrago en una isla desierta, y con muchísimas más ideas que las que tiene una pelota de pin pon. Aunque lo haya conocido casi al final de la fiesta fue un rato agradable en el cual intercambiamos mail para luego tener mi número de celular.
Hice la prueba clave para ver si era un Don Juan experto le pregunte que porque decidió venir a hablarme y quedarse este rato junto a mí, a lo cual él respondió: “mmm deja pensar algo…. Porque te vi y…..alumbrabas… ajajajajjaa lo siento no soy bueno para esto”. Si hubiera dicho solo lo primero simplemente hubiera buscado mi palanca de trampas para que callera por el tobogán pero la segunda frase lo arreglo todo.
El primer día después de la fiesta no aparecía en mi mail (lo cual no me preocupaba), pero al segundo día apareció en la lista de contactos, de inmediato me invito a salir, lamentablemente ese día estaba tenía un dolor que parecía que mi cabeza se partiría en mil pedazos, lo cual me preocupaba porque recién habíamos limpiado el departamento con Julieta. Le pareció muy cliché esto de que me dolía la cabeza y por eso no saldría, pero era cierto y no le mentiría. Termino por creer y seguimos charlando un rato y le prometí que apenas saliera de mis exámenes saldríamos.
Llego el lunes y por fin terminé con todo pero no con las celebraciones. Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla decía “Damián está llamando”, quedamos en salir y que apenas tuviera armado el panorama vendría por mí. Sin embargo sus amigos tenían otros planes, querían noche de póker nada de bailar, o compartir una noche con mujeres. Damián llamo nuevamente para explicarme pero me pidió que por favor mañana nos juntáramos, que si quería almorzábamos juntos y después me iba a dejar al terminal. Pero lamentablemente tuve que viajar temprano por lo cual no nos pudimos juntar.
Ahora estoy en mi pequeña ciudad, pero el sábado debo viajar para ir a trabajar, quedamos con Damián en que nos juntaríamos en la noche, esta vez sí que sí.
Está bien que no cunda el pánico, aun no me junto con él, además no es alguien muy importante en mi vida, pero sé que en unos días no sabré que ponerme, como peinarme, si usar o no maquillaje. Pero estoy tranquila porque tengo a Isidora mi amiga que hace el papel de guardaespaldas, asesora de imagen, consejera espiritual, guía, psicóloga y de profesional de la cachetada en caso de que mi histeria sea demasiada.
No digo que estoy pensando ya en tener algo serio con Damián, solo digo que por ahora me está ayudando a disfrutar mi verano naranja.
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