lunes, 11 de octubre de 2010

COSAS PERDIDAS

Todas las mujeres tenemos un cajón donde puedes encontrar de todo, remedios, boletas antiguas, pinches, alguna que otra crema y los tan salvadores alfileres de gancho. En el mío ha de todo esto y más. Suelo guardar en este cajón todos las cosas que cuando estoy apurada o con algo de sueño y quiero acostarme luego llego y lo tiro en ese cajón.
Para mi esta es mi caja de pandora, siempre que no encuentro algo en ninguna parte de mi casa, recuro a mi última opción, lo abro y ahí está, de los últimos tirado como la esperanza en la caja de pandora.
La otra noche fui a una fiesta con dos de mis amigas: Antonia y Florencia. Fue una de esas noches de reencuentro de amigas que contienen de todo: tragos, chismes, coqueteos, risas, hasta bailes ridículos.
Esa noche fue como abrir un cajón y encontrar algo que había olvidado… era el señor confusión. Este era uno de esos tipos, con el cual muy pocas veces hablas, pero cuando se topan en algún tipo de fiesta, siempre sucede algo pero al otro día ya todo es normal. Te gusta pero por alguna razón no has tenido tan fija la idea de tener algo con él. Es como una prenda que no es tu favorita, pero si te agrada. Te la pones cada cierto tiempo, hasta que un día sin más, se te olvida.
Bueno si bien esa noche no sucedió nada entre nosotros, me paso algo que con el no me había pasado, a partir de unas bromas que me hacían con él. Me pregunte porque jamás había pasado algo mas allá del día de dar con el tesoro perdido. Era acaso que ¿no teníamos nada en común? O quizás simplemente nos conocimos en un momento en el cual yo no quería cambiar mi soltería por nada porque en esos días odiaba a los hombres. Bueno no lo sé.
Quizá obtener respuesta no a mi pregunta de porque no estábamos juntos si no el querer saber sobre que pasaba por su mente y a que se debían esas bromas en las cuales me involucraban. No sé si fue el alcohol o el sueño pero de pronto vi mi celular en mi mano y diciendo en la pantalla su mensaje a sido enviado (es por esto que últimamente estoy odiando la tecnología). No hubo respuesta alguna.
Tal vez yo estaba comenzando a pasar una película en la cual no hay guion, tampoco director, solo yo como protagonista la cual esta a pasos de usar una linda camisa muy al estilo de “hola me estoy volviendo loca”.
Al otro día quise olvidar todo esto y cometí un grave error (odio aun más la tecnología). Volví a abrir mi facebook  para hacer lo que hoy en día las mujeres lo tenemos implantado como una muy mala costumbre y poco recomendable… revisar su facebook. Fue entonces cuando recibí una de esas noticias que te hacen decir ¡porque lo hice!. Señor confusión me había eliminado de su lista de amigos, así sin más, con un solo click dejamos de ser amigos.
Ahora veía como una serie de preguntas me aplastaban como una polera en el suelo en un día de ofertas  en plena temporada. ¿Por qué? ¿Cómo?  ¿Cuándo?
En la tarde ya para distraerme me disponía para salir a dar vueltas en mi bicicleta, abrí mi cajón de cachureos para buscar unos aros pero por mucho que busque no los encontré. Pero si una hermosa pulsera que había dado por perdida y es que la busqué tantas veces y jamás la encontré y ahora que no la buscaba aparecía.
Casi llegando el final del día me di por vencida y pensando en mi pulsera caí en que estaba haciendo lo que no debía. Estaba buscando a mi hombre y tratando de explicarme cosas que no tienen explicación como por ejemplo cual es el fin de terminar el cubo rubik. Así es que decidí volver a mis oficios de mujer soltera y ocupar mi tiempo en cosas que no tienen importancia como tomar helado a las 12 de la noche viendo una película, no tiene un fin pero es muy entretenido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario