jueves, 7 de octubre de 2010

DERECHOS AL CONSUMIDOR




Hace un tiempo josefina  compro unos pantalones que le habían encantado, los cuales,  no se probó porque vio su talla y pensó que esto no era necesario  (grave error las cosas no siempre son lo que aparentan ser). Al momento de llegar a su casa se puso los ansiados pantalones, pero para su mala suerte no le quedaron como ella quería, así es que pensó en devolverlos.
Al día siguiente josefina se dirigió a la tienda con boleta en mano con la esperanza de tener de vuelta su dinero y poder comprarse otra cosa en otra tienda, pero para su sorpresa, la vendedora le dijo que no era posible, que si quería podía elegir otra prenda y pagar la diferencia. A josefina claramente esto no le gusto, y comenzó a reclamar por sus derechos, pero lamentablemente la vendedora estaba en lo correcto, josefina no se había percatado de la letra pequeña donde decía que no había devoluciones de dinero. Simplemente no tuvo otra opción que escoger algo, y para su sorpresa encontró un vestido hermoso del cual se enamoró y aunque tuvo que pagar un poco más se lo llevo a casa. Sin embargo pese a que acato las reglas, hizo notar su descontento a la vendedora  y se fue. A esa misma hora  el Señor Extraño hablaba conmigo cuando me comento que había peleado con su pareja. Inevitablemente solté una sonrisa en mi cara, sabía que estaba mal alegrarme por la desgracia ajena pero no podía evitarlo, pues la noticia cambiaba toda mi vida amorosa, pero en cuestión de segundos sin alcanzar a emitir respuesta sínica alguna, me dijo que ya se habían arreglado, que fue a su casa a solucionar todos los problemas y estaban bien nuevamente.
Fue entonces cuando me di cuenta que los hombres también traían alguna letra chica y que nos dábamos cuenta, cuando ya no había derecho a objeción. Porque no traen un letrero del mismo porte del cartel que cuelgan en el que dice “tengo ganas de joder” pero esta vez diciendo “ por favor no me mires, vengo acompañado, suelo ser infiel, soy macabeo, o hasta me gustan los hombres, etc.” así uno sabe que no debe fijarse en ellos o no mirarlos, porque ya después de engancharte o darle una mínima importancia dentro de tu vida no hay derecho a reclamos ni a devoluciones por producto defectuoso, ni de tiempo perdido, como tampoco de un corazon perdido. Ni siquiera puedes fijarte en otro modelo porque ya te encariñaste o simplemente no encuentras nada mejor dentro del cajón de ofertas.
Siempre queda una última opción solamente olvidarlo en el tarro de basura, porque siempre se vio bien de lejos pero no a tu lado, además en la letra pequeña no salía nada que te lo prohibiera.
Pero sin embargo no puedo, hay algo que me atrae a él, algo que no puedo controlar, quizás si lo tuviera no le daría tanta importancia, como también puede pasar, que se convierta en mi prenda preferida, pero no tengo derecho a opciones es solo un abrigo en vitrina el cual no puedo tener y que paso todos los días por la tienda pensando en que como me vería con él o que tal vez algún día tendré. Sé que está mal fijarme en alguien que ya tiene pareja, pero ¿cómo evitarlo?¿ A caso alguna de ustedes a logrado hacerlo, cuando saben que algo es imposible?
Pero, Quién sabe si tal vez como le paso a Josefina puedo encontrar mi modelo 2.0, y aunque requiera de poner algo más de mi parte, como a ella, quizás se convierta en mi próximo amor a primera vista. Tal vez reemplazar un amor sea más fácil de lo que parece y yo tan solo me estoy dando vueltas en un carrusel para niños.    
Al fin y al cabo hombres y mujeres tenemos letras pequeñas solo que las nuestras son : “ soy independiente, si no me agradas me largo, y  si me desperdicias no hay derecho a recuperarme”.


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