En providencia de Santiago de chile, es muy fácil tener confusiones con las calles, ya que todas son hermosas, todas tienen muchos árboles que para mi desgracia la mayoría son plátanos orientales y me dejan la nariz como la de Rodolfo el reno. Pero una de las características más notorias de este sector es que todas tienen edificios muy parecidos. Pero lo raro es perderse en el sector en el que has vivido por más de un año y medio.
Hoy este fue mi caso. Eran 9 de la mañana y mi humor no era el mejor puesto que ayer tuve la visita que toda mujer espera cada mes y como sabrán ustedes esos días no son los mejores. Primera confusión de la mañana: no sabía que ponerme, 30 minutos buscando ropa que otras veces me toma solo 5 minutos escogerla. No me suele pasar esto de que mi humor cambie tan bruscamente y me convierta en el grinch de la navidad o tal vez nunca me había percatado. Luego tenía otro dilema en mi cabeza quedarme o no a la última clase. Me preguntaba porque en la vida no te dan estos días como días de descanso o por último, como el día de cuarentena por el bien de la humanidad que no quiere aguantar tu mal humor.
Decidí regresar a mi departamento pero para mi mala suerte había olvidado las llaves, no tuve otra opción que hacer lo que toda mujer sabe hacer para gastar tiempo mientras esperas a que llegue una de las personas con la que vives… ir a ver ropa, lo cual en providencia tienes por montones. Gracias a dios que Joaquín volvió apenas yo termine en decidir salir a dar una vuelta. Fue entonces cuando tuve mi segunda confusión. Fui a encontrar a Joaquín por supuestamente la calle Suecia por la que el venia, pero tuve una mala conexión de neuronas y me devolví pensando que estaba en la calle equivocada y tome otra, cuando ya iba por la mitad de esta calle me di cuenta que antes estaba en la correcta y ahora en la equivocada. Creo que los que viven en esos edificios pensaron que me creía un león enjaulado o algo por el estilo.
Al fin llegue a mi departamento y pensando que ya no podía tener más confusiones dentro de mi día, aparece Señor Confusión de la nada con ganas de hablar como las que nunca tiene, buscando la oportunidad de poder verme hoy. Justo cuando había decidido que ya no estaría más pendiente de él, que ya no me importaría si me involucraban o no con él, si me llamaba o no lo hacía.
Empezó con sus frases sobre cuán arrepentido estaba de no verme el fin de semana, de no quedarse en Santiago y poder compartir un rato, que si dentro de esta semana existía la posibilidad de vernos etc. Fue entonces que tuve un momento de claridad dentro de este día lleno de confusiones, me pregunte que porque tenía que estar yo disponible para cuando él lo esté, si él no puede hacerse un tiempo dentro de su vida supuestamente agitada, además no éramos más que un par de conocidos que se juntan para pasar un rato agradable. ¿Lo miraba así realmente?
Según estudios científicos cada vez que besamos o cuando ya tienes relaciones sexuales con algún hombre, las mujeres secretamos como una sustancia química que nos hace empezar a sentir algo mas allá que ya solo amor de amistad. Este químico podría ser el porqué empezamos a mirar de otra forma a la persona que besamos o con la que nos acostamos. ¿Será que el chocolate nos hace secretar la misma sustancia que el estar con alguien y por eso somos tan adictas a él?. ¿Será que el amor no es nada más que secreciones químicas y que por haber besado a señor confusión estoy envenenada y no tenia vuelta atrás?
Al mismo tiempo que yo estaba tratando de arrancar de las confusiones, Isidora me contaba que iba a ir a una entrevista de trabajo donde solo recibes confusiones de la gente. En el Mall bien lo conozco, ya que siempre voy a ese mesón donde pregunto donde están las tiendas cuando es primera vez que voy, luego, ya me las sé de memoria, era el llamado servicio al cliente. No entiendo muy bien en qué empresa trabajará ella pero si sé que es donde van a parar las preguntas de las personas. ¿ porque no existirá un servicio al cliente en la vida diaria, que me diga que ponerme por las mañanas o que me diga que debo hacer en este caso con señor confusión?
En fin, no quise darme más vueltas en el asunto y apareció la Paula que por hoy había olvidado, entonces le dije que yo solo tenía el viernes disponible ya que antes estaba ocupada, y que si me quería ver, era ese día y que me avisara porque tenía muchos compromisos. Para que no sonora tan fuerte y brusco puse una sonrisa coqueta al final.
No sé si lo veré o si me llamará o algo, pero estaba segura de que la noche de los viernes siempre llama a salir y a tomar tu teléfono y llamar a alguien para que te haga compañía.
Es lunes por la noche y tengo decidido que ponerme, mi pijama rosado de dos piezas de satín. Mi día de confusiones a terminado.
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